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Que veinte años, no es nada...

Así dice la canción de Carlos Gardel, Volver y justamente de eso trata este post, de volver a las bases.


Mientras la última versión de la Guía de Scrum se hace menos descriptiva, dejando más libertad y siguiendo por el camino original de la agilidad de “la simplicidad”, nuevas versiones de otros frameworks ágiles se hacen más descriptivos, plop!


Se cumplen 20 años del manifiesto ágil y quizás por eso mirando en retrospectiva todos estos años, llego a la conclusión de que hemos ganado muchísimo desde la irrupción del manifiesto y la agilidad en las empresas, evolucionando muchas disciplinas y transformando empresas en mejores.


Pero como sucede cuando navegamos grandes cambios, perdimos foco y se desvirtuaron muchas cosas que proponían estos “locos” en aquellos años.


Soy de la idea que siempre es necesario volver a las bases para crear nuevas cosas, si quieres tocar Jazz moderno, deberás aprender obras de Bill Evans, John Coltrane y cientos de etcétera, no para copiarlos sino para tener una base necesaria de la cual partir en lo nuevo que crees.


Por eso cada vez que hablo del manifiesto y sus principios, no solo a gente que no conoce de agilidad sino a expertos en ella, me doy cuenta de que sigue siendo necesario (estaré contradiciendo esto que tanto promulgamos de no volverse fanático…?).


Este punto de vista por más que suene pesimista, intenta alertar sobre una situación de la que no solo soy consiente yo, sino muchos mentores con quienes la compartimos e inclusive, lo han comentado en entrevistas algunos de los creadores del manifiesto ágil.


Entonces, no bajemos la guardia y ¡a seguir trabajando en crear empresas mejores para humanos mejores!
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